Muchos son aquellos que navegan varias horas del día en la red y con especial dedicación en las redes sociales. Nos informamos, interactuamos, investigamos, escuchamos música, miramos películas, hacemos compras y un sin fin de lista de tareas. Ahora bien, ¿cuantos se han tomado unos minutos para investigarse a si mismos en la red?. Saber que se dice de nosotros en internet, de esto trata el egosurfing.
En mi caso personal, los años que llevo ejerciendo mi labor en el mundo de la comunicación ha hecho que me esfuerce en construir mi perfil e identidad profesional y su estrecha relación con las empresas para las que he trabajado y trabajo actualmente como comunicadora social, ejecutiva de cuentas y ahora como Dircom. Si busco mi nombre y apellido los resultados son 1.130.000 y 873 sin y con comillas respectivamente. Los resultados arrojados reflejan en primer lugar mi perfil en la red Linkedin, lo cual es positivo y cumple con mi objetivo, ya que allí puede verse un detallado currículum y otros datos personales para aquellas empresas o responsables que quieran saber de mí y mi experiencia profesional. Luego siguen enlaces que remiten por un lado a mis datos, cargo y foto publicado en la web corporativa de mi trabajo y por otro, mi perfil en redes tales como Facebook, Twitter y Google+, algo fundamental hoy día.
La red y Google no solo como buscador sino como gestor de reputación, contribuye enormemente a la construcción de nuestra marca personal y el mensaje final en estos casos es claro: si no estas dentro, no existes. Una vez creada esa identidad, es importante unificarla, valorizarla y monitorizar esa gestión. Para ello Google nos da la posibilidad de crear un alerta con nuestro nombre y apellido y así lo he hecho.
Durante estos años de carrera nos han enseñado una y mil veces en que consiste la comunicación persuasiva y como llevarla acabo, es hora de aplicarlo en lo personal si queremos diferenciarnos de los demás.
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